Inmensas cuando quieren, así son mis chicas.

Solo tienen que llamarme y ahí estoy, porque las quiero mucho…

Como se puede definir el amor de una madre, como incondicional, grande, hermoso .A veces tremendo, agotador e inagotable?

Todas esas cosas y más, muchas más .

Si ,recuerdo ,todas las noches y días de esa infancia y adolescencia, que nos costó superar a todos, pero que una madre vive de manera muy especial, y me emociono y pienso que volvería a hacerlo . Es como parir, sin pensarlo, volverías a hacerlo.Todos los desvelos: come, no come, cólico, fiebres, lloros, amigas, disgustos, chicos, desengaños, notas, viajes, sustos…

 

Manu-Ana-Pancho-Cami

Son mis mujeres porque ,apuntando maneras de pequeñitas ,las quería con locura pero a veces el bosque no me dejaba verlas, imaginarlas. Ahora que han crecido, que las tengo cerca pero lejos , que están pero de otra manera, las echo de menos y mucho.

Ya no oigo cada mañana sus rutinas , los ruidos tan cotidianos y conocidos ,al levantarse.

Ya no hay saluditos a los perros , boles de porridge y montones de sudaderas para lavar. Conversaciones sobre si la leche desnatada o la de avena, o la harina integral o los donuts. No comes suficiente fruta y , ya sabéis, todo lo demás. La ropa, no me gusta esa camiseta, o me encanta esa otra, a ver como nos ponemos de acuerdo y cuando…

Y las tareas…¿ A quién le toca sacar a los perros? ¿quién va a por el pan? la cocina, quien recoge la mesa, los deberes, la lavadora, es una lista interminable!

Ya no hago preguntas como ¿ A qué hora volverás? ¿ Con quién sales? y me acuerdo de mi madre! Cuantas preguntas, toda la vida preguntando, y ahora que ya no pregunto me acuerdo de ellas y de las preguntas que me hacía mi madre a mi.

Y es que la echo de menos, eso es,se echa de menos mucho a una madre.Es la mujer por excelencia en tu vida, quieras o no, marca para siempre.

Y es que son mujeres ya, mis hijas, siguen su camino , y yo las voy siguiendo casi más por las redes sociales y el WhatsApp, que en vivo y directo.Skype, Facetime y demás ayudan bastante.

Me siento tan orgullosa de sus éxitos como de sus fracasos, mis mujeres aprenden con cada uno de ellos un poco más.

Los que tenéis hijos lo sabéis, las alegrías y las preocupaciones que nos dan…

Me gustaría tanto que su abuela las hubiera visto crecer más a mis mujeres y que hubiera disfrutado con todos sus éxitos y experiencias …pero no pudo ser.

De todas las mujeres de mi vida he aprendido cosas, de mi abuela Emilia, de mis tías Emilín, Mavi y María del Carmen, de mis primas, de mis amigas muchísimo, de todas, Isabel, Begoña, Cristina,Blanca,Aurora,Ana,María José,Carmen, Macu, Emi,María Luisa, Renée, Mónica, Maribel,Paloma,Lola… porque todas tienen una experiencia que compartir, una receta que enseñar, un consejo que dar.

Siempre ahí , muy atentas , para echarte una mano cuando la necesitas. Es una sensación de seguridad y apoyo la que me trasmiten que no se como explicar, lo bien que una se siente, estando así respaldada .

Ahora me toca a mi hacerlo por ella y estar ahí, para ellas, mis mujeres.

Y yo os pregunto : ¿eso le hace fuerte a una , no?

 

 

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